La Cámara de Diputados atraviesa una de sus etapas más tensas. Lo que comenzó como un cruce político escaló hacia el terreno personal y derivó en insultos, agresiones verbales y amenazas, que hoy se trasladan a las redes sociales y la Justicia.
El punto de ebullición fue la última sesión, en la que se discutió el sistema previsional. Allí, los intercambios subieron de tono y llevaron a algunos legisladores a presentar un proyecto para repudiar la violencia verbal y respaldar al presidente de la Cámara, Martín Menem, cuya conducción quedó nuevamente desbordada.
Un proyecto para frenar el caos
La iniciativa fue impulsada por la diputada Alejandra Torres (Encuentro Federal), acompañada por Oscar Agost Carreño, Margarita Stolbizer y Francisco Morchio. El objetivo: repudiar públicamente las agresiones vertidas durante la sesión del miércoles 4 de junio, que según el texto del proyecto incluyeron "insultos personales, denigrantes y cargados de connotaciones agraviantes, en violación del decoro parlamentario y la convivencia democrática".
"Estamos hartos de que el Congreso sea escenario de agresiones. La ciudadanía espera altura, argumentos y propuestas. No insultos, no violencia", expresó Torres en sus redes.
El momento del estallido
La sesión estalló cuando Gerardo Milman (PRO) tomó la palabra por una cuestión de privilegio y criticó a diputados de Unión por la Patria (UxP) —como Aldo Leiva, Carolina Gaillard, Florencia Carignano y Rodolfo Tailhade—, además de referirse a figuras del anterior gobierno: Cristina Kirchner, Alberto Fernández, Sergio Massa y Axel Kicillof.
Mientras hablaba, recibió gritos de "asesino" y "trucho", en alusión a su presunta vinculación con el intento de magnicidio contra Cristina Kirchner en 2022. Menem intentó mantener el orden, sin éxito.
Florencia Carignano pidió responder y arremetió con ironía: "Celebro que el diputado Milman haya dejado los fármacos que lo tenían dopado... Pudiste hablar después de dos años. Lo hiciste leyendo, pero pudiste hablar. ¡Es un gran avance!". Luego recordó la frase que se le atribuyó a Milman antes del atentado: "Cuando la maten a Cristina yo ya voy a estar yendo a la costa".
Desde la bancada libertaria, Lilia Lemoine reaccionó a los gritos: "¡Eso es falso! ¡Dejen de mentir!". A lo que Carignano respondió: "¡Cállate, loca!" y "¡Cállate la boca, gato!". El recinto se tornó ingobernable.
Cruces judiciales y amenazas
La tensión se trasladó al ámbito judicial y a las redes. Lemoine publicó un extenso descargo en el que acusó a Carignano de llamarla "gato" por haber sido pareja de Javier Milei y cuestionó: "¿Entonces Cristina era el gato de Néstor?".
Milman, por su parte, evalúa acciones legales y responsabilizó a Carignano por una supuesta campaña en su contra: "El problema de los mitómanos es que se creen sus propias mentiras", dijo.
Carignano no se quedó atrás: lo denunció penalmente y aseguró que Milman la amenazó de forma velada en declaraciones públicas. Citó una frase del diputado: "Si le pasa algo a la diputada Carignano, me van a acusar de ser el autor de la amenaza. Pero algo tengo que hacer, no puedo dejar las cosas así".
"Estas expresiones son tentativas de coacción que buscan forzar una retractación pública bajo presión", afirmó la diputada de UxP.
Un Congreso sin control
La diputada Silvana Giudici (PRO) defendió a Milman y apuntó contra Carignano: "Te sentís 'amedrentada' por un diputado que ni te respondió, justo vos que fuiste funcionaria de un golpeador", en alusión a Alberto Fernández.
No es un episodio aislado. El 12 de marzo, durante la votación para normalizar la Comisión de Juicio Político, Oscar Zago (MID) y Lisandro Almirón (LLA) se empujaron en plena sesión. Ese mismo día, Marcela Pagano le arrojó un vaso con agua a Lilia Lemoine.
Martín Menem debió levantar la sesión por falta de quórum, lo que desató protestas de UxP. La Comisión de Juicio Político aún sigue sin presidente.
La escalada de violencia verbal en Diputados preocupa a varios bloques y evidencia una fragilidad institucional creciente, donde el debate político se desdibuja entre agresiones personales, denuncias cruzadas y discursos desbordados.