En un nuevo episodio de tensión en Medio Oriente, el gobierno de Estados Unidos ordenó la evacuación del personal no esencial de sus embajadas en Irak, Bahréin y Kuwait, y autorizó además la salida voluntaria de militares desplegados en la región. La medida llega luego de que Irán advirtiera que tiene en la mira "todas" las bases estadounidenses en caso de que fracasen las negociaciones nucleares.

El Departamento de Estado confirmó este miércoles que la embajada en Bagdad, Irak, funcionará con personal mínimo ante el aumento de amenazas y el riesgo de posibles enfrentamientos. Si bien la sede diplomática ya operaba con dotación reducida, esta decisión representa una nueva señal de alerta por parte de Washington.

"El presidente Trump se compromete a mantener la seguridad de los estadounidenses, tanto dentro como fuera del país. Evaluamos constantemente la situación del personal en todas nuestras embajadas. Con base en nuestro último análisis, decidimos reducir la presencia de nuestra misión en Irak", informó el Departamento en un comunicado oficial.

Además, se dispuso la salida del personal no esencial y de los familiares de los diplomáticos en Bahréin y Kuwait. En paralelo, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, autorizó la salida voluntaria de dependientes militares en toda la región, según anunció el Comando Central de Estados Unidos, que reconoció estar "monitoreando la creciente tensión" en Medio Oriente. La portavoz de la Casa Blanca, Anna Kelly, ratificó las medidas.

Las amenazas de Irán

La decisión estadounidense fue motivada por recientes declaraciones del ministro de Defensa iraní, Aziz Nasirzadeh, quien aseguró que todas las bases militares de EE.UU. en Medio Oriente podrían ser blanco de ataques si fracasan las conversaciones nucleares y Teherán es atacado.

"Si se nos impone un conflicto, las bajas del oponente ciertamente serán mayores que las nuestras. En ese caso, Estados Unidos debe abandonar la región, porque todas sus bases están a nuestro alcance", advirtió Nasirzadeh. También aseguró que Irán no dudaría en atacar dichas instalaciones en los países anfitriones.

El Consejo Supremo de Seguridad Nacional iraní, en tanto, amenazó con atacar supuestas instalaciones nucleares "escondidas" de Israel si su territorio es blanco de agresiones.

Estancamiento en las negociaciones

Las negociaciones entre Estados Unidos e Irán para llegar a un acuerdo sobre el programa nuclear comenzaron el pasado 12 de abril, con una sexta ronda prevista para este fin de semana en Omán. No obstante, fuentes diplomáticas estadounidenses consultadas por Associated Press advirtieron que las posibilidades de que se concrete el encuentro son cada vez menores.

Washington busca limitar el alcance del programa nuclear iraní a cambio del levantamiento de las sanciones económicas impuestas a la República Islámica. Irán, por su parte, insiste en que su plan nuclear tiene fines exclusivamente pacíficos.

Uno de los principales puntos de fricción es la capacidad de Irán para enriquecer uranio. Estados Unidos pretende impedir no solo la fabricación de bombas atómicas, sino también limitar la posibilidad de procesar combustible nuclear.

El presidente Donald Trump volvió a endurecer su postura esta semana al afirmar que está "menos confiado" en alcanzar un acuerdo. "Parece que están retrasando, y creo que eso es una pena. Estoy menos confiado ahora de lo que habría estado hace un par de meses. Algo les pasó", dijo en el podcast Pod Force One.

Por su parte, la misión iraní ante la ONU respondió en redes sociales que "las amenazas de fuerza abrumadora no cambiarán los hechos". "Irán no busca un arma nuclear, y el militarismo estadounidense solo alimenta la inestabilidad", publicó.

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