En su cuarta jornada, el Poncho 2025 sigue sorprendiendo con renovaciones y propuestas que combinan tradición, gastronomía y emprendimiento local. Una de las principales novedades es la nueva ubicación de la carpa del PCPC, el Paseo de Compras de Productos Catamarqueños, que se trasladó a un espacio más amplio frente al pabellón de turismo, junto al patio cervecero.
La decisión de cambiar el lugar parece haber sido acertada. “Gracias a Dios, tenemos el piso, está buenísimo, la carpa es mucho más amplia, así que todos más cómodos”, expresó Danisa, una de las emprendedoras que ofrece picadas y una novedosa propuesta: conitos de salame y queso, a 5.000 pesos cada uno.
El nuevo espacio cuenta con pasillos más anchos, mayor circulación de público y un escenario donde artistas se presentan a la gorra, brindando un ambiente más dinámico y participativo.
Entre los productos más populares se destacan los dulces regionales, frutos secos, condimentos y alfajores. “La verdad que una experiencia muy buena, todo el público le gusta, dijo Milagros, del stand de Alfajores Titito.
En cuanto al movimiento comercial, algunos emprendedores perciben variaciones: “Se ve menos gente que el año pasado, pero distinta, más adulta. Habrá que esperar cómo sigue la semana”, comentó Diego desde un local de pastelería artesanal.
Por otro lado, Hugo Machado —conocido humorista y dueño de Helados Uguis— también celebra esta edición: “Un poncho histórico, atendimos hasta franceses ayer”, comentó entre risas. En su puesto, los helados de crema y batidos se venden bien gracias al clima templado. “Este clima nos favorece un montón”, afirmó.
La oferta gastronómica es amplia: desde shawarmas y pizza en cono hasta hamburguesas veganas. Cristina, una visitante que almorzaba en el sector, dijo: “Vale la pena, porque está muy rico y los precios son accesibles”.
Con una temperatura agradable de 25°C y un constante flujo de visitantes, la carpa del PCPC se consolida como uno de los espacios más atractivos del Poncho 2025, con productos únicos, precios razonables y el calor humano de los emprendedores catamarqueños.