La historia de un Papa argentino nació en una iglesia que todavía sigue en pie, en México 4050, Almagro: ahí está el oratorio San Antonio, el lugar en el que nació el Club Atlético San Lorenzo en 1908 a partir de Lorenzo Massa, un cura más social que futbolero, y en el que se conocieron en 1934 los padres de Jorge Bergoglio, Mario y Regina. Los inmigrantes italianos empezaron a mirarse durante una misa de domingo y, dos años después, en 1936, nació el futuro Papa Francisco.
La relación entre Bergoglio y San Lorenzo tiene múltiples historias. El libro Dios es Cuervo, de Pablo Calvo -ya fallecido- rescató por ejemplo una carta en la que en 2009 el entonces cardenal de Buenos Aires le escribió a la Subcomisión del Hincha de San Lorenzo. El texto era para felicitar la apertura del departamento de cultura del club pero Bergoglio aprovechó para recordar la acción social de Massa, un cura salesiano de cuyo nombre de pila nació San Lorenzo.
Pasión cuerva

A Massa le gustaba el fútbol pero lo que más le preocupaba es que cada vez menos gente asistía a misa. Entonces quiso sumar para su causa a los chicos de la cuadra que jugaban en la esquina de 33 Orientales y México. Tenía una pelota de cuero, un objeto de culto en aquella época, y les ofreció ese balón y la posibilidad de jugar en el patio de la parroquia a cambio de que los domingos fueran a misa. Los jóvenes aceptaron y en 1908 nació, en su honor, San Lorenzo de Almagro.
Ya convertido en el Papa Francisco, Bergoglio le mandó a una carta al entonces presidente del club, Matías Lammens, en la que, entre otras cosas, escribió sobre sus “bellos recuerdos” de la infancia cuando con 10 años, en 1946, siguió la “gloriosa” campaña del San Lorenzo campeón e hizo referencia a “¡aquel gol de Pontoni!”, en referencia a René, delantero nacido en Santa Fe y de inicios en Newell’s.

Algunos meses más tarde, en agosto de 2013, en el Vaticano, cuando las selecciones de Argentina e Italia lo visitaron antes de un amistoso en Roma, el Papa volvió a hablar de fútbol y, sin que nadie se lo preguntara, hizo una nueva referencia a su gol favorito: “Recuerdo que de chicos íbamos en familia al Gasómetro. Volvíamos felices a casa, sobre todo en la campaña del 46. Siempre me impresionó el juego de Pontoni. A ver si hacen algún gol como Pontoni”, les dijo a Lionel Messi y compañía.
Francisco reivindicó a una figura olvidada, la de Pontoni, que en 1975 -o sea antes de Mario Kempes y del primer Mundial ganado por la selección- fue elegido como “el mejor centrodelantero de la historia del fútbol argentino”. El santafesino jugó poco en la selección -eso sí, con buen promedio goleador, 19 partidos y 19 tantos-, aunque la cumbre de su carrera fue aquel San Lorenzo campeón de 1946, el equipo de la infancia del Papa.

San Lorenzo y Pontoni
El ya mencionado Calvo, de buena relación con Bergoglio, le envió una carta al Vaticano preguntándole a qué gol se refería. El Papa le respondió: “Se puede fijar en una revista de Clarín donde hace varios años publicó los mejores goles de la historia: allí aparecía el de Pontoni. ¿O era en La Nación?”. La confusión fue mayor porque que ni Clarín ni La Nación publicaron ninguna revista con los mejores goles. Lo que se dedujo, entonces, fue el Papa se refería a una edición especial de El Gráfico, llamada El Maravilloso Mundo del Fútbol, en la que sí se hacía referencia a un gol de Pontoni.
Ese gol fue contra Racing el 20 de octubre de 1946 en el Viejo Gasómetro: San Lorenzo ganó 5 a 0 y el ídolo del futuro Papa convirtió un tanto que llevó a Clarín a titular al día siguiente: “Pontoni hizo un gol como para pasarlo en el Colón”. La reconstrucción de la jugada precisa un “centro de De La Mata, Pontoni la baja de pecho, mantiene la pelota en su empeine, no deja caer la pelota, amaga para un lado, se va entre dos defensores, patea cruzado y golazo” para dar un paso al título y para hacer feliz al futuro Papa que estaba en la tribuna.

La delegación de la AFA que visitó a Francisco en el Vaticano en 2013 fue a El Gráfico, antes de viajar a Roma, para pedir fotos de esa jugada, pero la respuesta fue negativa: “Hay imágenes de ese partido, pero no de ese gol”.

La presencia de Bergoglio en San Lorenzo durante sus años en Argentina fue muy activa: le dio misa a un joven Ángel Correa y solía visitar el vestuario de los jugadores. Incluso el Coco Basile, técnico en 1998, recordó que lo hizo echar «por mufa» en medio de una mala racha, por supuesto sin saber de quién se trataba, muchos años antes de que fuera Papa, pero muchos años después de que todo naciera en San Lorenzo.