Cuenta la leyenda que en una mesa del pequeño local de pizzas del barrio de Congreso, Alberto Vacarezza -poeta y letrista de tango que trabajó hasta con Carlos Gardel- escribía sus cuartetas (un tipo de estrofa castellana), al calor de los hornos pizzeros.
Por eso, fue nombrada de esa forma cuando se fundó, a mediados del siglo pasado. Como éste, miles de relatos urbanos que tienen como sede esta pizzería porteña, se multiplican cuanto más investigamos. Tiene la opción de comer al corte en mesa o al paso. Sin dudas, es otra vieja conocida que pelea por la mejor fugazzeta.
Dónde: Av. Corrientes 838